Día de la Madre: ellas también están aprendiendo
Cuando pensamos en nuestras madres, es fácil colocarlas en un pedestal. Durante nuestra infancia, eran las que tenían las respuestas, quienes curaban nuestras heridas y nos arropaban por las noches.
Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar que ellas también estaban improvisando? Que no venían con un manual, que también sintieron miedo, cansancio o culpa. Que muchas veces hicieron lo mejor que pudieron con lo que tenían.
Este Día de la Madre, más allá de los regalos, las flores o los mensajes en redes sociales, te invitamos a hacer algo diferente: mirar a tu madre como una persona que también está aprendiendo.
Porque sí, ser madre es un viaje tan complejo como ser hijo. Y ambos merecen empatía, escucha y espacios para sanar.

Entendiendo que nuestras madres no son perfectas
Durante mucho tiempo, la figura materna ha sido idealizada. Se espera que las madres estén disponibles siempre, que sean pacientes, cariñosas, calmadas… en resumen, perfectas. Pero esa imagen no solo es irreal, también es injusta.
Nuestras madres fueron hijas antes que madres. Algunas crecieron con carencias emocionales, otras fueron educadas bajo modelos estrictos o poco afectivos. Algunas han vivido maternidades muy jóvenes, otras renunciaron a sueños personales. Y aun así, se convirtieron en el pilar de una familia.
Recordar que nuestra madre también es una persona en construcción puede ser el primer paso para tener una relación más consciente con ella.
No todas las relaciones madre-hijo son fáciles
Es importante abrir espacio a quienes no tienen una relación sana con su madre. El Día de la Madre puede remover emociones difíciles: culpa, distancia, reproches o ausencias.
Si este es tu caso:
- No estás solo. Muchas personas viven relaciones llenas de idas y venidas con su madre.
- Está bien poner límites si lo necesitas para proteger tu salud mental.
- Validar tus emociones es parte del proceso de sanar.
- Y si tu madre ya no está, puedes construir tu forma de recordarla desde los momentos que has vivido con ella.
Escuchar también es un acto de amor
¿Cuántas veces has escuchado realmente a tu madre, más allá de lo que esperas que diga? Muchas veces las madres se callan más de lo que cuentan. Tienen miedo de no parecer fuertes, de decepcionar o de "cargar" a los hijos con sus preocupaciones.
Escuchar sin juicio, sin querer arreglarlo todo, simplemente estando ahí, puede ser un regalo con más valor que cualquier ramo de flores. A veces, una madre solo necesita que le preguntes: "¿Y tú, cómo estás de verdad?"
Cómo mejorar la relación con tu madre
No hay vínculos perfectos, pero sí relaciones que pueden transformarse si hay voluntad y consciencia. Aquí tienes algunas ideas para trabajar ese vínculo:
1. Suelta la idea de la madre ideal
Comparar a tu madre con otras o con un modelo ficticio solo genera frustración. Aceptarla tal y como es (con sus fortalezas y sus limitaciones) es el primer paso hacia una relación más real.

2. Haz las paces con lo que no fue
Quizás no recibiste todo el afecto o la validación que necesitabas. Reconocerlo es válido, pero quedarte estancado en el reproche perpetuo solo genera más distancia. A veces, sanar pasa por aceptar que tus padres hicieron lo mejor que supieron.
3. Encuentra nuevos formas de relacionarte
Si te cuesta hablar con tu madre, busca otras formas de conectar: compartir una serie, dar un paseo, cocinar juntas. A veces, lo emocional fluye mejor cuando no se busca forzar.
Consejos para aprender a comunicarnos con nuestras madres
La comunicación es una de las grandes asignaturas pendientes en muchas relaciones madre-hijo. Solemos quedarnos en lo superficial, evitar temas incómodos o asumir que "ella ya lo sabe". Pero la verdad es que muchas veces no lo sabe.
Algunas ideas para empezar a tener conversaciones más reales:
- Habla desde el "yo": en lugar de "tú nunca me escuchas", prueba con "yo me siento ignorado cuando no me preguntas cómo estoy".
- Evita los reproches generales: mejor hablar de hechos concretos y recientes.
- Pregunta por su historia, por cómo fue su infancia, qué deseaba para su vida. Eso ayuda a entenderla como persona, no solo como madre.
Qué pasa si no tengo relación con mi madre (o ya no está)
El Día de la Madre también puede doler. Puede doler si tu madre ha fallecido, si hay un vínculo roto o si la relación nunca fue lo que esperabas. Y eso también merece que hablemos de ello.
Si es tu caso, puedes:
- Crear tus propios rituales para recordarla, honrar lo bueno o despedirte de lo que no fue.
- Buscar figuras maternales en otras personas: amigas, tías, mentoras…
- O permitirte vivir este día sin presión, haciendo algo que te haga bien a ti.
La maternidad desde el otro lado
También es necesario hablar de quienes ya son madres. Y ahí se produce un doble clic emocional: al convertirnos en madres, entendemos muchas cosas que antes juzgábamos.
Si eres madre y estás leyendo esto:
- Está bien no saberlo todo.
- Está bien pedir ayuda.
- Está bien equivocarte y volver a intentarlo.
La maternidad también puede ser un camino de sanación con tu propia madre.
¿Cómo puede ayudarte la terapia en la relación con tu madre?
Si sientes que la relación con tu madre te duele, te limita o te remueve cosas difíciles, acudir a terapia puede ser muy útil. Algunos beneficios son:
- Entender tu historia sin juicios.
- Revisar creencias heredadas sobre el rol materno.
- Aprender a poner límites sin culpa.
- Sanar heridas de la infancia que aún afectan tus vínculos adultos.
Nadie nos enseña a ser hijos. Asumimos que es un rol pasivo, pero en realidad requiere mucha consciencia. Ser hijo o hija también implica revisar, sanar, comprender y evolucionar.
Este Día de la Madre igual podemos intentar estar con ella (los que podamos), mirarla a los ojos y reconocerla: como madre, sí, pero también como mujer, como ser humano, como alguien que está haciendo lo mejor que puede.
Porque tú estás aprendiendo, pero tu madre también sigue en ello.
Puedes contar con un psicólogo online en Therapyside para seguir profundizando en tus emociones, priorizarte y cuidar tu bienestar psicológico. Si este artículo te ha ayudado a comprender mejor este tema, ¡esperamos que te sientas más empoderado para vivir una vida sin limitaciones!