La importancia de fomentar la desconexión como psicólogo online
Desde marzo de 2020, con el inicio del confinamiento por la pandemia del COVID-19, muchos psicólogos sanitarios han comenzado a desarrollar su trabajo de terapia online de manera más estable y continuada. De un día para otro nos vimos confinados en nuestros domicilios y debimos adaptar nuestro negocio y compromiso con los pacientes a la telepsicología.
Los datos lo avalan, como los del Barómetro de Psicología Online (2021) que señalan que sobre el 95% de profesionales de la psicología ofrecen terapias online tras el inicio y desarrollo de la pandemia teniendo en cuenta que, dos años antes, en el año 2017, la terapia a distancia solamente la porcionaban alrededor del 52% de psicólogos. Esto supone un crecimiento que duplica la implantación de esta modalidad de terapia y abarca a casi la totalidad de profesionales de la psicología. Como se puede comprobar, la implementación de los servicios psicológicos y de terapia al mundo digital por parte del ámbito de la psicología sanitaria, al igual que en otros sectores, no fue una excepción y, en la actualidad, esta modalidad está bastante integrada y normalizada en la sociedad y por este tipo de profesionales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO) en su Informe Mundial de Salud Mental (2022), refleja que la ansiedad y depresión han aumentado un 25% durante el primer año de pandemia. Así el total de personas que sufren una enfermedad o trastorno mental en el mundo se sitúa casi en los 1.000 millones, además, y como señala el propio organismo, las intervenciones y tratamientos para hacer frente a esta problemática se han pausado sustancialmente. De lo anterior se desprende que el problema de la salud mental en el mundo no disminuye, sino que más bien sus datos no son nada alentadores.
La propia salud mental del psicólogo, ¿es un tema tabú?
La profesión de psicólogo puede ser bastante vocacional y gratificante, sobre todo cuando ves progresos y buenos resultados en la salud mental de tus pacientes, a medida que van consiguiendo los objetivos terapéuticos. Pero los psicólogos no están exentos de sufrir los efectos de bajos estados de ánimo o depresión, altos estados de ansiedad ante situaciones imprevisibles o con poco control y desgaste profesional o burnout por la naturaleza y acumulación de tareas terapéuticas o porque no podemos desconectar lo suficiente de esta actividad tan exigente tanto a nivel personal como técnico. Como garantes de la salud mental de otros es posible que no nos permitamos expresar malestar nosotros mismos y sea un tabú dentro de nuestro colectivo, al sentirnos peores profesionales o creer que no estamos a la altura de la actividad.
En la conferencia Psychological Therapies in the NHS que se realizó en Londres, mostraron que el 46% de psicólogos se sentían deprimidos, casi un 50% se sentían fracasados y en torno al 70% veían sus trabajo como estresantes. Señalaban un aumento del estrés en un 12% respecto al año anterior (2014).
Con la llegada posterior de la pandemia del COVID-19 el estrés y problemática relacionada a la salud mental tuvo un efecto devastador en los profesionales sanitarios y como se puede entender los psicólogos fueron un colectivo que no quedó exento y a ello pudo contribuir la transición y desarrollo de cada vez mayor número de sesiones de terapia online.
En una encuesta sobre salud mental a una muestra de unos 1.700 participantes miembros de la facultad de psicología y postgrados se constató que casi el 80% de todos los sujetos informaban sobre problemas de salud mental en algún momento de su vida y el 48% confirmó tener algún trastorno mental diagnosticado. Estas estadísticas pueden ser similares a los trastornos mentales de la población general (Victor et al. 2021).
Otro estudio que investigó la prevalencia de problemas de salud mental entre los psicólogos clínicos (Tay et al., 2018), evidenció las limitaciones de estos profesionales a la hora de autoevaluarse con precisión y, aunque lo puedas realizar con pacientes o con alumnos, con uno mismo no es tan fácil. Dos de cada tres participantes habían tenido problemas relacionados con su salud mental y lo percibían con mayor estigma que en otras personas, lo que les generaba un mayor rechazo a buscar ayuda e incluso provocaba que lo ocultaran o experimentaran vergüenza.
Pautas saludables para el desarrollo profesional del psicólogo online
Por lo anteriormente expuesto, es más que conveniente que como psicólogo tengas en cuentas algunas recomendaciones o pautas saludables para tu desarrollo profesional, en el caso de la terapia presencial y, sobre todo, de la terapia online:
- Para no sobrecargarse y desarrollar emociones negativas con el uso de la tecnología que puedan derivar en altos niveles de tecnoestrés, ansiedad y estados depresivos será necesario contar con una conexión a internet potente y sin interrupciones, ya que que afectarían a la alianza y calidad de la terapia ofrecida y al nivel de ansiedad frente a los problemas de conexión.
- Cumplir y seguir las directrices de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales ya no solo con los pacientes, también con nosotros mismos en lo relativo al derecho a nuestra desconexión digital.
- Conocer y estar familiarizado con el entorno y plataforma digital que utilices en la videollamada es importante, ya que no es muy recomendable realizar experimentos o probar nuevas opciones en plena sesión. Prestar atención a la hora de compartir pantalla y documentos. Formarse en competencias digitales y sentirnos cómodos en la terapia virtual será básico para un servicio profesional y fiable.
- Parece obvio, pero contar con un equipo informático adecuado es importante. Decidir la opción de ordenador de sobremesa o portátil, auriculares que aíslen de los sonidos y ruidos externos para un mayor intimidad y privacidad y, en algunos casos puntuales, software de evaluación psicológica o instrumentos de realidad virtual. Es importante el cuidado visual con pantallas de calidad que no desgasten la vista por conexión permanente y excesivo número de sesiones.
- Despacho o sala aislada y separada del tránsito de personas que nos dé la privacidad adecuada con los pacientes. A esto uniremos un mobiliario ergonómico y adecuado, empezando por una silla que se ajuste a nuestras necesidades y proteja nuestro sistema musculoesquelético.
Recomendaciones específicas de desconexión digital en la terapia online
- Estar atento a las señales de fatiga, cansancio y agotamiento que nos puede sobrevenir cuando realizamos de manera habitual y continuada las sesiones de terapia. Nos pueden recordar que necesitamos un descanso, pudiendo realizar unos estiramientos entre sesión y sesión, reducir el volumen de sesiones diarias (si podemos permitírnoslo) y dar breves paseos (mejor en entorno natural) para despejar nuestras mentes y generar emociones positivas.
- Existen investigaciones que muestran que con el uso continuado de vídeollamadas podemos sobrecargar nuestra atención por el lenguaje no verbal o una interfaz complicada, llegando a la denominada “Fatiga de Zoom”. Es necesario administrar convenientemente nuestros mensajes verbales y no verbales por las altas demandas atencionales también para el paciente en la modalidad de terapia online ya que compartimos el mismo tiempo, pero no el mismo espacio, con las limitaciones de este tipo de encuentros.
- Fija tu tiempo para el detox digital y establece horarios. Mide bien tu uso de la tecnología en sesión, evita sobrecargar la agenda y controla un uso sano en tu vida personal con períodos establecidos en el día y semana sin tecnología, evitando revisar el email y las redes sociales profesionales continuamente. Tus niveles de dopamina por el uso de la tecnología se reducirán y te sentirás con menos estrés asociado.
- Busca momentos de relax y apoyo social. Cómo psicólogos también podemos sentirnos ansiosos y cansados y recurrir a la tecnología para pasar un rato agradable, pero es más recomendable buscar otras opciones en las que el móvil no esté a la vista.
- Elabora tus propias reglas. Establece unas normas, como, por ejemplo, poner el móvil en modo avión al llegar a terapia, usar sólo el ordenador en caso de sesión online, pero no para consultas personales, y darte premios y recompensas si lo vas consiguiendo (autorrefuerzo positivo). Quitar el sonido al móvil, alejarlo de nuestra vista o darle la vuelta para no ver los mensajes que entran nos ayudará a concentrarnos mejor.
- Conecta con tu placer y hobbies. Una buena manera de desconectar de la tecnología es realizar actividades placenteras offline, presenciales y, a ser posible, con actividad física. Por ejemplo, leer un libro en formato papel, utilizar juegos de mesa o simplemente pasear por el entorno natural.
- Cultiva tu vida familiar y disfruta de tus comidas. Disfrutemos de los alimentos y compañía de manera consciente. ¿Cómo se siente cuándo alguien consulta el móvil delante de ti cuando estás compartiendo una comida?
- Elimina aplicaciones que nos roban atención y tiempo pero que realmente no nos aportan demasiado y mantén sólo las aplicaciones básicas a nivel profesional y en su justa medida para el ocio. De igual manera, reduce las notificaciones que roban nuestra atención con sonidos o señales visuales en forma de ventanas emergentes.
- Busca apoyo y aliados en compañeros de trabajo o familiares con el propósito de desconectar de la tecnología.
- Concéntrate en lo esencial a nivel laboral y que la tecnología no te robe concentración cuando estás focalizado en el trabajo y siendo productivo. Aprovecha bien las horas de trabajo y que no se acumulen tareas por estar despistado.
- Practica el autocuidado físico, mental y emocional sin dispositivos digitales, por ejemplo, con estiramientos después de estar sentados en una sesión de terapia online y realizar respiraciones conscientes, además de meditaciones, donde conectamos con nuestras sensaciones y emociones.
La profesión de psicólogo puede resultar muy satisfactoria, ver el progreso en tus pacientes y ver cómo van consiguiendo sus expectativas y metas pueden ser realmente valioso y dar sentido a tu profesión. Sin embargo, con la utilización de la terapia online, el cuidado del propio profesional requiere de la práctica de desconexión digital de la atención psicológica para tener una salud mental estable y no acabar desgastado.
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