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10/4/2023
3
min

Autocompasión: la herramienta que te ayudará a ser mejor líder

Para tratar bien a los demás, primero debes tratarte bien a ti mismo. Es un principio propuesto por varias corrientes filosóficas y también por la Psicología Positiva. Ser consciente de uno mismo y tratarse bien, es la base para hacerlo con los demás. Por tanto, si aspiras a convertirte en un líder auténtico, capaz de ponerte en el lugar de los otros y sacar a relucir su mejor versión, primero debes empezar por ser compasivo contigo mismo. La autocompasión, esa capacidad de ser amable y comprensivo con uno mismo, especialmente cuando cometemos algún error o nos sentimos minimizados, es una de las herramientas psicológicas más valiosas que puede desarrollar cualquier persona y en especial un líder. Se trata de una habilidad fundamental para comprender mejor la naturaleza humana, desarrollar una mayor sensibilidad y una crítica realmente constructiva que nos ayude a lidiar conscientemente con las emociones negativas del fracaso personal o ajeno desde una perspectiva de crecimiento.

Esto porque al desarrollar la autocompasión no solo aprendemos a ser más bondadosos con nosotros mismos y reducimos la tensión y el estrés de la exigencia continua en nuestra vida cotidiana y nos ayuda a combatir el perfeccionismo, poner freno a las críticas destructivas y ser más comprensivo con nuestros errores. De esta manera, aprendemos a ser un poco más indulgentes con nuestros errores, considerarlos como formas de no hacer las cosas y aprender a hacerlo mejor. Y, en ningún caso llevárnoslo a nuestra identidad, considerándonos unos fracasados. Perdonar nuestras equivocaciones, es el primer paso para comenzar a ser más comprensivos y compasivos también con las personas que nos rodean. A fin de cuentas, si no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos, difícilmente podremos perdonar a las personas de nuestro entorno.

Si no eres capaz de perdonarte a ti mismo, difícilmente podrás perdonar a tus colaboradores

Para la Psicología, la autocompasión es mucho más que una simple muestra de amor propio, es la capacidad de ser amables con nosotros mismos, siendo plenamente conscientes de que siempre estamos en construcción y siempre podemos mejorar y asumiendo tanto nuestras luces como nuestras sombras. En palabras de la psicóloga estadounidense Kristin Neff, profesora de la Universidad de Texas en Austin y una de las mayores investigadoras de esta poderosa herramienta, la autocompasión no solo se reduce a la autobondad, entendida como esa tolerancia que nos implica aceptar y superar nuestros errores, sino que también hace referencia a la humanidad común, que no es más que el reconocimiento y la aceptación de que los errores forman parte de la experiencia humana compartida, y a la conciencia plena que consiste en adoptar un enfoque equilibrado y asertivo de la emociones negativas.

Son precisamente estas últimas habilidades, la humanidad común y la conciencia plena, lo que nos convierte en personas más autocompasivas, pero también en mejores líderes. Cuando somos capaces de reconocer y aceptar conscientemente el error como parte de nuestra vida, nos damos permiso para fallar, nos perdonamos y aprendemos de las equivocaciones, empezamos a ser más comprensivos con los errores ajenos, dejamos de culpar a los demás por ellos y les alentamos a que los superen y sean capaces de sacar a la luz su mejor versión. Así, a medida que vamos siendo más autocompasivos aprendemos a ser más tolerantes, comprensivos y compasivos con el resto de las personas. En gran parte se debe a que la autocompasión:

1.     Te hace ser más amable. ¿Sabías que ser gentil y benevolente contigo mismo te ayuda a ser más amable con el resto de las personas? Cuando eres amable contigo mismo, evitas recriminarte por tus fracasos y criticarte duramente empiezas a ser cada vez más gentil con quienes te rodean porque aprendes a ser más empático y comprensivo. De esta manera, no solo serás capaz de comprender mejor a tus subordinados y las personas con las que trabajas, sino que, además, tendrás una actitud más conciliadora y abierta.

2.     Evita que juzgues a los demás. Cuando eres capaz de comprender el fracaso y los errores como parte de la esencia humana y dejas de juzgarte duramente por tus equivocaciones, no solo eres más asertivo con los errores ajenos, sino que evitas juzgar a los demás. Esto es así porque la autocompasión te ayuda a comprender mejor a las personas que te rodean, a la vez que evita que les juzgues por sus actos porque eres consciente de que todos nos equivocamos alguna vez en la vida y que no pasa nada por ello.

3.     Ayuda a lidiar con las emociones negativas. A veces es difícil no sentirse mal cuando cometemos un error y nos equivocamos. Sin embargo, cuando eres autocompasivo aprendes a lidiar de manera asertiva con esas emociones y no permites que la negatividad se haga con el control. A largo plazo, esta habilidad no solo te ayudará a gestionar mejor los fracasos personales, sino también los errores de tus colaboradores. Desarrollar la autocompasión te enseñará a gestionar mejor los fracasos ajenos, evitando que las emociones negativas tomen el control de tu comportamiento y te hagan reaccionar de manera inadecuada.

4.     Te vuelve más empático. Un buen líder no solo debe saber guiar y escuchar a sus colaboradores, sino que también debe comprenderlos, una habilidad que podrás desarrollar al practicar la autocompasión en tu vida. Cuando eres capaz de comprenderte a ti mismo, descifrar las causas de tus fracasos y perdonarte por tus equivocaciones, estás preparado para ponerte en el lugar de los demás e intentar comprender los motivos que les llevaron a equivocarse, volviéndote más empático y sensible.   

5.     Te ayuda a sacar lo mejor de tus colaboradores. Cuando practicas la autocompasión y eres capaz de perdonar tus propios errores y seguir adelante sin remordimientos, estás preparado para perdonar a tus colaboradores y animarlos a superar sus equivocaciones. De esta manera, no solo les ayudas a superar sus propios errores, sino que, además, les motivas a aprender de ellos y crecer ante las adversidades, convirtiéndote en un líder inspirador capaz de sacar a relucir lo mejor de los demás.

¿Cómo poner en práctica la autocompasión en tu vida para convertirte en un mejor líder?

Todos creemos ser autocompasivos, pero lo cierto es que a menudo somos muy duros con nosotros mismos y nos culpamos por nuestros errores. ¿Cuántas veces no te has recriminado por una equivocación o has pensado que lo que haces no sirve para nada? Sin embargo, si en realidad quieres dejar de culparte por tus errores y empezar a verlos como una oportunidad de crecimiento personal que te ayude a convertirte en un líder auténtico, es importante que empieces a practicar la autocompasión en tu vida cuanto antes

En este sentido, el primer paso consiste en ser consciente de tu diálogo interno, es decir, la manera en la que te hablas a ti mismo, sobre todo cuando te equivocas o te haces una crítica. De esta manera, podrás identificar qué tipo de relación tienes contigo mismo, el primer paso para tomar cartas en el asunto. Entonces, estarás preparado para poner en práctica algunas herramientas psicológicas que pueden ayudarte a mejorar esa relación. He aquí algunos recursos sencillos, pero muy efectivos que pueden ayudarte.

1.     Háblate como le hablarías a un buen amigo

Imagina que un buen amigo acude a ti y te cuenta un error garrafal que cometió en el trabajo o en su vida personal. ¿Le recriminarías su actitud severamente diciéndole que su error le convierte en una mala persona o intentarías levantarle el ánimo diciéndole que lo importante es aprender de ese error y seguir adelante? Lo más probable es que intentases animarle y ayudarle a ver la parte “positiva” de ese error, lo que puede aprender de él.

Pues bien, cuando tú cometas un error, trátate de la misma manera. Háblate como si fueses ese buen amigo e intenta mirar las cosas desde un punto de vista más positivo. Ten en cuenta que este entrenamiento también te ayudará a gestionar las equivocaciones de tus colaboradores de una manera más desarrolladora, por lo que el esfuerzo seguramente valdrá la pena.

2.     Abraza la crítica constructiva

A veces pensamos que la autocompasión implica perdonarnos todos los errores, echando tierra sobre los mismos para hacer como si nunca hubiesen ocurrido y poder seguir adelante. Sin embargo, en realidad la autocompasión no consiste en pasar página sino que implica hacer un análisis de nuestras equivocaciones para conocer en qué fallamos y qué podemos hacer para remediarlo la próxima vez. Eso sí, siempre desde una postura constructiva, no destructiva, aprendiendo a ser más competentes.

Echar leña al fuego diciéndonos que somos unos completos inútiles o incapaces no nos ayudará a crecer como personas y superar nuestros errores, sino que afectará nuestra autoestima haciendo que cometamos más errores víctimas de la inseguridad. En cambio, cuando abrazamos una postura más constructiva en la que asumimos nuestra cuota de responsabilidad, pero aceptamos que somos capaces de aprender de ese error, superarlo y hacerlo mejor la próxima vez, estamos creciendo como personas. Y, al final, esta manera de ver e interpretar nuestras equivocaciones la aplicaremos con las personas que nos rodean, dejando de culpar a los demás por sus errores para ayudarles a superarlos.

3.     Centra la atención en tu persona, no en tus errores

A lo largo de la vida las personas nos equivocamos y cometemos errores, esos fallos tienen un impacto en nuestra experiencia y marcan nuestra personalidad. Sin embargo, no eres la suma de tus errores.  Las equivocaciones forman parte de tu vida, de una etapa pasada o presente, pero definitivamente no te reduces a ellas. Eres mucho más que tus errores y, cuanto antes lo asumas, mejor.

De hecho, si quieres comenzar a practicar la autocompasión en tu vida, es importante que asumas esta verdad y estés dispuesto a centrar tu atención no solo en los errores, sino también en tus fortalezas, tus victorias y tu manera de ver el mundo. De esta manera, también aprenderás a valorar a los demás por quiénes son, lo que pueden ofrecer y las cualidades que tienen, en lugar de por los errores que comenten.

Por último, recuerda las palabras de Ray Kroc, uno de los líderes empresariales estadounidenses más famosos de su época, “la calidad de un líder se refleja en las normas que establece para sí mismo”. Por tanto, si quieres convertirte en un auténtico líder, comienza por trabajar la autocompasión para, de esta manera, convertirte en una persona más empática, con la sensibilidad necesaria para comprender de verdad a tus colaboradores y ayudarles a convertirse en su mejor versión. 

Si lo que quieres es seguir potenciando el bienestar emocional de tus empleados, nosotros te podemos ayudar.

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